Mariluz Gil es historiadora del Arte, colaboradora del SARUS y de Pastoral Juvenil.
El 9 de diciembre de 1995 nacía una pequeñísima Mariluz, antes de tiempo y con apenas peso, “fue un milagro que sobreviviera”. Y, sin embargo, casi 25 años después está sentada frente a mí, ha terminado una carrera universitaria y ahora prepara unas oposiciones.
Tímidamente y con cierta emoción en la voz, cuenta que aquello marcó a su familia y que le han transmitido el agradecimiento sincero que tienen a Dios por “haberme dejado vivir”.
Su familia fue precisamente quien le transmitió la fe, esa Iglesia doméstica de la que tantos niños carecen. Pero, aunque Mariluz siempre fue practicante, “hubo un momento en el que iba a Misa porque mis padres iban”, no era algo personal o consciente.
Encuentro con Cursillos de Cristiandad
En 2012, un Encuentro de juventud del Movimiento de Cursillos de Cristiandad lo cambió todo. “Me ayudó a abrir los ojos. Me sentí verdaderamente amada por Dios y entendí que formo parte de algo grande, de la Iglesia”. Desde entonces ha procurado vivir la Misa “con otra actitud”, profundizando en lo que ésta significa. “También ha cambiado mi forma de relacionarme con mi familia o mis amigos, aunque sigo fallando, desde el Encuentro intento poner a Cristo continuamente en el centro de mi vida”.
Este compromiso se materializa en su participación en el Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla (SARUS) y en la Pastoral Juvenil. Ambas realidades “me han servido, además de para conocer a mucha gente buena, para formarme”. No en vano, explica que en el SARUS ha aprendido, entre otros aspectos, sobre la Doctrina Social de la Iglesia, sobre las Sagradas Escrituras o sobre cómo ser “cristiano hoy”.
Las artes en la vida de fe
Para Mariluz, es fundamental que aquellos que están alejados de la fe “entiendan que Jesús no es un personaje que hizo cosas extraordinarias hace dos mil años, sino que el cristianismo es una realidad viva, que el mensaje del Evangelio es actual”. Para ello, propone servirse de las Redes Sociales: “A veces las criminalizamos, pero hay que saber usarlas porque es una realidad por la que nos movemos todos los jóvenes”.
Mariluz, como historiadora del arte, concluye destacando el papel significativo que tienen las artes en la vida de fe, desde la música “que acerca a Dios”, hasta la pintura o la arquitectura, “mucha de la cual es innegablemente una inspiración divina”.