José Manuel Rodríguez Malpartida, de la localidad de Villaverde del Río, es Licenciado en Filosofía. Poseedor de dos masters, uno en Estudios Avanzados en Filosofía y otro en Filosofía y Cultura Moderna. Actualmente trabaja de profesor de religión, a la vez que se encuentra finalizando el Bachiller en Ciencias Religiosas.
Es Hermano Mayor de la Hermandad del Santísimo de Villaverde del Río y vocal en la Junta de Gobierno de la Hermandad Matriz de San Benito Abad, de Castilblanco de los Arroyos. Además, lleva quince años de catequista, impartiendo actualmente su catequesis en la Parroquia de la Purísima Concepción de Villaverde del Río y en la Parroquia Divino Salvador de Castilblanco de los Arroyos.
Mostrar a Cristo ante una sociedad descristianizada
Para José Manuel Rodríguez Malpartida la participación de los laicos es muy importante para el desarrollo de la Iglesia pero siempre sabiendo cuál es la posición y la vocación del laico; «para mí, resulta primordial el testimonio del cristiano en medio del mundo. Los laicos debemos trabajar en la Iglesia colaborando en las tareas propias de nuestra comunidad pero también en la sociedad actual dando testimonio público y mostrando a Cristo ante una sociedad desvalorizada y descristianizada».
La recompensa al trabajo que desempeña en la Iglesia no tiene nada que ver con un sueldo o una gratificación, sino que más bien la recompensa es la energía, las ganas y la fuerza que Dios le da como regalo para continuar su labor.
La formación en el ISCR es un verdadero regalo
De su paso por el Seminario en estos años se queda con las personas que ha conocido y por supuesto, con la formación; «El placer de poder compartir aula, momentos de estudios, de aprendizaje, de agobio por los exámenes y los trabajos con personas como las que han coincidido conmigo es un verdadero regalo de Dios. Tanto alumnos como profesores forman una gran familia y favorecen un ambiente que propicia frutos abundantes, en lo académico y en lo particular».
Por otro lado en el ISCR ha tenido la oportunidad de encontrar respuestas a muchas preguntas y la posibilidad de dar razones de su fe en el mundo actual así como de afianzar sus creencias con nuevos conocimientos.
La importancia de la asignatura de Religión
José Manuel Rodríguez Malpartida es profesor de Religión «en la actualidad, la asignatura está muy infravalorada y con una situación precaria dentro del currículo académico. Recibimos continuos ataques desde ciertos ámbitos sociopolíticos que, de manera interesada y sesgada, introducen un discurso rancio y trasnochado contra los valores del cristianismo y contra la Iglesia en todas sus formas». Piensa que la asignatura de Religión se está convirtiendo en la moneda de cambio de todo aquel partido político que acomete una reforma educativa y eso juega en detrimento de la calidad educativa.
Tiene una opinión muy clara de qué puede aportar la asignatura de Religión en la formación académica de un niño; «a nivel académico aporta conocimientos y destrezas que resultan necesarias para comprender el mundo en el que vivimos. A nivel personal y social, aporta una serie de valores que resultan indispensables para la construcción de una sociedad que piense en el bien común y en el valor integral de la persona. Por último y no menos importante es la aportación a nivel espiritual, ya que ofrecemos el encuentro con una persona que transforma nuestras vidas, para que podamos no meramente existir, sino vivir la vida en plenitud y esa persona es Cristo«.
«Dios nos regala las mejores cosas de la vida»
Su labor como catequista comenzó sin pensarlo demasiado, como lo más normal del mundo, «recibí la confirmación, el sacerdote de mi pueblo me lo propuso y, al curso siguiente, comencé como catequista guiado por otra catequista veterana, mi tía. Dios nos regala las mejores cosas de la vida así, sin que nos la planteemos mucho, sin que lo pensemos demasiado, simplemente al decirle que sí a Él y hacer lo que nos pide sin miedos ni complejos».
Para José Manuel un catequista debe tener una profunda y afianzada fe, pero también un enorme amor tanto por las personas como por el mensaje que transmite., «el catequista posee algo muy importante que es el anuncio de Cristo, que es Dios que se hizo hombre para salvarnos muriendo en la Cruz y resucitando. Y ese anuncio está por encima de cualquier forma pedagógica o cualquier metodología docente. Podemos pensar que es muy importante la preparación y formación, pero nada de eso le serviría a un catequista sino sabe transmitir el encuentro personal con Cristo resucitado».
«La Hermandad debe ser anuncio del Evangelio en medio del mundo»
Además de su trabajo como profesor de religión y catequista, José Manuel Rodríguez Malpartida es Hermano Mayor de una Hermandad y debe hacer que todas las cosas funcionen como debieran, «es complicado regir con sentido el curso de la Hermandad. Y, para ello, debe tener muy cerca la ayuda y el consejo del Director Espiritual. Se trata de hacer que la Hermandad tenga una buena navegación y una buena dirección, con sentido y con fundamento para, en definitiva, ser anuncio del Evangelio en medio del mundo».
Reconoce la importancia de los Santos ya que nos muestran el camino a Dios, «un santo es una persona que ha vivido conforme al mandato de Cristo. Su vida ha estado tan cercana a la voluntad de Dios que ahora gozan plenamente de su presencia». San Benito es la devoción de su infancia y de su familia, «es un amigo para mí, en el que me puedo apoyar en los momentos difíciles. Resulta muy alentador saber que podemos contar con alguien que se encuentra tan cerquita de Dios, alguien que ha tenido una vida santa, pero que ha sido tan humano como nosotros. Es muy importante en mi vida de fe, porque me ha descubierto también a Cristo y me ha acercado a Él y su amor».
Cristianos sin miedo
Si tuviera que decirle un mensaje a los laicos les diría que no tengan miedo; «son unas palabras del Santo Juan Pablo II que dicen mucho de la actitud del cristiano». Desde su experiencia, José Manuel nos anima a vivir la fe dentro de la comunidad parroquial porque el cristiano no puede vivir su fe a solas y en la intimidad sino que ha de hacerlo en comunidad «además yo animaría a vivir cristianamente y a vivir la fe no solo en la comunidad parroquial, sino en la comunidad civil. No tenemos que tener miedo de ser cristianos en medio del mundo, por muy hostil que este resulte. El mundo necesita del mensaje y el amor de Cristo».
Si hay un pasaje del Evangelio que le emociona especialmente es “Hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1, 38) porque habla de la disposición que hemos de tener los fieles, de la acogida del proyecto de Dios, de la Alianza y de la dinámica del amor de Dios, «María, reflejo de fidelidad y ejemplo para todos nosotros, nos muestra que en actitud amorosa y receptiva podemos acoger en nuestro interior el proyecto de Dios, podemos hacer que Él entre en nuestra vida, nos la transforme y hagamos nacer desde nosotros a Cristo mismo en nuestro mundo actual».