“Solo Dios basta” es una frase extraída de la oración de Santa Teresa de Jesús, religiosa, fundadora de las carmelitas descalzas. La creadora de la Orden de Nuestra Señora del Carmelo ha marcado mi vida, no puedo decir si la conozco mucho o poco pero desde mi adolescencia atesoro sus versos y oraciones. Resuena en mí “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza”, una hermosa reflexión que a diario me repito. Estos versos, además de ser una declaración de confianza plena en Dios, son también la comprometedora experiencia en la praxis y en la fe de la religiosa y que para mí, debe traducirse en nuestra vivencia con Dios.
Algunos vemos en la cruz de Cristo no solo el dolor y pasión que Él sufrió por nosotros, sino que también vemos su amor incondicional e infinito a los hombres y al Padre. Acercándonos a la certeza de esta entrega, llegamos al conocimiento de que si estamos con Dios todo lo demás es llevadero, todo vale la pena por amor a él.
¿Por qué planteo lo anterior? Por mi vivencia personal. Hace dos años, mi familia comenzó a experimentar grandes cambios: cambios emocionales, sociales, políticos, culturales, etc. Cambios asociados a la inmigración. Hemos dejado atrás lo conocido con todo lo que esto implica. Fueron decisiones duras pero llevaderas gracias a la oración. Han sido esfuerzos con el objetivo de brindarnos un futuro mejor para nosotros y sobre todo, para nuestra hija. Cuando echamos la vista atrás vemos como la providencia de Dios nunca nos ha faltado, nos ha ayudado a ser testigos fieles y nos ha enviado ángeles que nos han puesto en el camino de nuestra parroquia. Agradecemos saber que estamos dentro de una Iglesia viva y que, aunque todo a nuestro alrededor ha cambiado, nuestra fe no ha cambiado, se ha fortalecido más. La fe es lo que nos hace acostarnos cada noche con la esperanza de ver un nuevo día y nos impulsa a hacer planes con el deseo de que sean los mismos de Dios. La fe nos hace fiarnos de Dios; por eso con fe digo: «Solo Dios basta».
Olga Mathus. Comunicadora católica. 30 de enero de 2018