Desde nuestro amor de hijos soñábamos y deseábamos ver coronada a nuestra Madre de Escardiel. Era tanto nuestro anhelo que descontábamos los meses y días que faltaban para que se viviera en Castilblanco un día sin precedentes.
Pero así como tanto amó Dios a su pueblo que nos dio a su Hijo unigénito, así tanto ama Escardiel a Castilblanco que ha querido ser Ella quien ciña su corona sobre nosotros. No son excesivas las apariciones de María en el Evangelio, pero sí las suficientes para entender que siempre está presente en los momentos decisivos. Estuvo presente en Caná de Galilea preocupándose por las necesidades que surgían, estuvo presente al pie de la Cruz en una hermosa dualidad: viviendo su dolor, pero siendo a la vez portadora de
esperanza. Estuvo iluminando con su presencia a una comunidad en tinieblas en las terribles horas en la que todo parecía acabado. María es la Madre de la hora exacta, siempre llega puntual cuando se la necesita, como puntual ha llegado a Castilblanco la Obra Social de su Coronación: “ La Misión de Escardiel”.
Desde mi labor de voluntaria en Cáritas Parroquial soy testigo en estos días de las numerosas familias que se están viendo aliviadas gracias a la “Misión de Escardiel”. Los niños de Castilblanco están acercándose a Dios a través de su bendita Madre, que como dijo el Papa Francisco, los brazos de María son las escaleras más hermosas para llevarnos al cielo. Cada vez son más las familias que están acudiendo a Cáritas , puedo demostrar que cada día acude alguna familia nueva, y ahí está, como lámpara encendida en medio de una comunidad afligida por la pandemia, la Obra Social de Escardiel, suministrando pañales, alimentación infantil, medicamentos, material escolar, libros… Escardiel está presente en su pueblo, como estuvo presente en la Cruz, unida al sufrimiento pero a la vez siendo portadora de esperanza. Ahora veo más claro que nunca lo de que María es consuelo del que sufre, porque veo en las caras angustiadas de las familias preocupadas por la crisis que está generando la pandemia un rayo de esperanza cuando se les dice quela Misión de Escardiel los va a ayudar.
La Virgen que siempre ha recorrido una por una nuestras calles ahora está también adentrándose en las casas de los más humildes, aliviando necesidades, infundiendo consuelo, dejando esperanza…Decidió su Hermandad en su día que el lema de la Coronación fuera: “Corona de los Humildes”, nunca fue un lema más acertado, solo que es Ella la que al final ha querido coronar a su pueblo actuando sobre él con las más hermosas letanías: Madre de Misericordia, Virgen Clemente, Causa de nuestra alegría, Consoladora de los afligidos, Reina de la familia…
No necesito más pruebas para saber que Dios es omnipotente porque he visto toda su grandeza reflejada estos días en su obra más hermosa: la Virgen de Escardiel. Me conmuevo cada día viendo a tantas familias necesitadas que encuentran refugio en el nombre de Escardiel, siempre unido a la historia de su pueblo. Y en estas difíciles circunstancias que nos ha tocado vivir, cada vez que veo a una familia aliviada gracias a Ella, solo me queda mirar el cuadro de la Virgen vestida de pastora que siempre presidió mi casa y hacer mías las palabras de su prima Santa Isabel: Bendita Tú entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. No nos sintamos tristes pensando que no habrá Venida extraordinaria, porque ahora más que nunca, la Virgen visita su pueblo:
La Virgen viene cada día
recorriendo un sendero,
el de las almas afligidas
donde impregna su consuelo.
Persevera en tu fe
repasando en la memoria
los siglos de protección
que avalan nuestra historia.
Y mira con confianza
al pueblo que te vio nacer,
que es un halo de esperanza
porque lo cuida Escardiel.
Mari Carmen Hernández.