Muy pocos directores se hubieran atrevido a rodar en 2021 el remake de una película que hace 60 años cosechó 10 premios Oscar. Pero si ese director se llama Steven Spielberg la extrañeza se disipa: a la altura de su prestigio, Spielberg se puede permitir cualquier audacia. West side story se estrenó a lo largo del último diciembre en un buen número de países (en España, el día 22), con el temor pandémico todavía instalado en muchos potenciales espectadores. De modo que una cinta tan esperada y con vocación de acontecimiento, con un generoso presupuesto de 100 millones de dólares, transitó discretamente por la cartelera mundial y solo logró recaudar 75.
Números aparte, esta revisitación del clásico que Robert Wise dirigió en 1961 es cine de muchos quilates. Podrá gustar más o menos, pero las interpretaciones, las coreografías de Justin Peck, la música de Leonard Bernstein, la fotografía de Janusz Kaminski, el montaje de Michael Kahn y Sarah Broshar, la dirección artística de Adam Stockhausen y, claro, la dirección de Spielberg, son sobresalientes.
Una película larga (como la original), para degustar sin prisas, con ambientación perfecta, escenas brillantes marca de la casa y vestuario cuidadísimo. Romántica, nostálgica y trágica, porque su argumento no es otro que el “Romeo y Julieta” de Shakespeare trasladado al Upper West Side de Manhattan, en la ciudad de Nueva York, a mediados de la década de 1950. En ese vecindario, dos pandillas de jóvenes se disputan el dominio callejero de un barrio multirracial y obrero: son los Jets neoyorkinos y los Sharks portorriqueños. El guion de Tony Kushner bebe del libreto de Arthur Laurents, escrito para el musical que se estrenó en Broadway en 1957, bajo la dirección de Jerome Robbins y con música de Leonard Bernstein.
Si en la cinta original las voces de Natalie Wood y Richard Beymer fueron dobladas por artistas profesionales, en esta son los mismos actores quienes cantan los temas. Rachel Zegler y Ansel Elgort, encarnando a María y Tony, cumplen con nota. Pero quien realmente deslumbra es Ariana DeBose en el papel de Anita, un trabajo que le valió el Oscar a la mejor actriz de reparto. Las otras 6 nominaciones se quedaron en la cuneta.
La historia de un gran amor truncado por la violencia. El genial dramaturgo inglés la contó magistralmente en su relato de capuletos y montescos, subrayando acertadamente que el odio y la violencia solo dejan víctimas, nunca vencedores. Que la convivencia pacífica solo es posible si median la comprensión y el perdón. Unas ideas de raíces cristianas, que Spielberg parece asumir (también con sutiles apuntes visuales) y que engrandecen a un filme de aroma clásico.
Dónde verla: Prime Video, Rakuten TV, Apple TV
Juan Jesús de Cózar