¿Dónde verla?: Actualmente en salas de cine
Matteo Garrone (Roma, 1968) es un director de cine bien valorado por la crítica y apreciado en festivales. Títulos como “Gomorra” o “Dogman”, acaparadores de premios, así lo confirman. Sus filmes suelen mostrar una gran potencia visual, un tono desgarrado y un estilo formal que combina el realismo y el costumbrismo. Su último trabajo, “Yo capitán”, es probablemente su mejor largometraje y, en mi opinión, el más valioso desde el punto de vista antropológico. Premiado en el Festival de Venecia y nominado al Globo de Oro, tiene también posibilidades de optar al Oscar en la categoría de mejor película internacional.
Garrone se ha alejado de su Italia natal para contarnos una historia de supervivencia y de superación que comienza y se desarrolla básicamente en África. Allí, en Dakar concretamente, viven Seydou y Moussa, dos adolescentes que sueñan con llegar a Europa. Han ahorrado dinero y se han ilusionado con las oportunidades que les brindará el viejo continente. Lo que ignoran es la odisea que les espera: atravesar el Sahara, llegar a Libia, ser engañados y vejados… La fuerza narrativa de Garrone interpela continuamente al espectador que, con una mezcla de inquietud y esperanza, acompaña a los dos jóvenes inmigrantes en su aventura.
El personaje de Seydou, interpretado por un excepcional Seydou Sarr (premio al mejor actor en Venecia), está diseñado al milímetro: idealista e ingenuo al comienzo; fuerte y resiliente ante la dificultad; sensible y solidario siempre. Unas cualidades que le convierten finalmente en un auténtico líder, en un guía que no se rinde y que también confía en el poder de la oración. El director introduce además varias escenas oníricas que permiten conocer la interioridad de Seydou y su delicada conciencia.
La fotografía de Paolo Carnera logra secuencias de una belleza sobrecogedora, con paisajes que despiertan a la vez admiración y temor. Y la música de Andrea Farri aporta el efecto dramático y envolvente que requiere el relato. Para subrayar el realismo de la historia, el director seleccionó como extras a hombres y mujeres con experiencia directa en la migración. “Personalmente solo hice de mero intermediario; me puse al servicio de estas personas con mis conocimientos y con mi mirada, pero contando su verdad”, declaró Garrone.
Ciertamente, “Yo capitán” no es una cinta para todos los paladares, porque Garrone quiere poner el dedo en la llaga y no esquiva la dureza de algunas situaciones que viven los protagonistas. Pero la travesía llega a buen puerto, y quienes presenciábamos la proyección en el reciente Festival de Cine Europeo de Sevilla rompimos en un sonoro aplauso final.
Juan Jesús de Cózar